sábado, 9 de julio de 2011

Pico de la Miel (Espolón Manolín)

    Esta vez regresamos a uno de los patios de recreo más frecuentados de Madrid, el Pico de la Miel. No teníamos mucho tiempo libre y había que estar a la hora de comer en casa, así que elegimos una vía que ya me conozco bastante bien, el Espolón Manolín.
    La roca es de granito con una calidad muy buena, con la distribución de los largos de la siguiente manera: placa de adherencia en los 2 primeros largos con parabolt para asegurar y fisuras y lajas los 3 siguientes de autoprotección con fisureros y friends. Al final salen 210 metros, que no está nada mal para tenerlo tan cerca de casa. Todas las reuniones están equipadas con parabolt y argollas.



    Bueno, pues tocaba madrugar, para evitar las aglomeraciones, y allí que nos plantamos a las 7.30 de la mañana Rocío y yo.



    1º- Largo de adherencia en el primer tramo, pero que termina con una chimenea tumbada, y que lo salvas a horcajadas.





    2º- El siguiente largo sigue siendo de adherencia. En caso de llevar cuerdas de 50 metros, hay montada una reunión intermedia, pero que nosotros nos saltamos al llevarlas de 60 metros, con lo que redujimos en un largo la ruta.





    3º- Este largo para mí es el mejor. Una placa vertical, con 2 fisuras que la parten en 3 cachos. A mi me gusta darle a la de la derecha, porque se asegura muy bien con empotras y friends. La parte de la derecha está protegido con parabolts, lo cual no me llama la atención.



    4º- Este también es muy bueno pero es menos aéreo que el anterior. Consta de una fisura vertical, que se protege muy bien.




    5º- El quinto tiene 2 posibilidades, bien seguir recto por otra fisura que en su parte final desploma un poquito, pero que se salva por la derecha, o bien escapar por el último largo de la vía Ezequiel. Nosotros elegimos la alternativa de la Ezequiel. Empieza con una chiemenea bastante abierta y una fisura final bastante deportiva. Todo se protege muy bien.





    Para ser Julio nos ha hecho buena temperatura. Veremos a ver si el verano nos deja internarnos otro día en esta pared.





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